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Massuh; Héctor

Ex Propietario de la Papelera que llevaba su apellido.
Informe de Alfredo Zaiat.

Subsidios de promoción industrial. Créditos a tasas bajas impagos del Banade. Estatización de pasivos contraídos en el exterior. Inversiones favorecidas por el mecanismo de capitalización de deuda externa privada. Abultado financiamiento, con pertinaces moras e innumerables reestructuraciones, de la banca pública. Protección sectorial, barreras arancelarias y beneficios especiales en relación a competidores. Pesificación asimétrica de sus deudas con el sistema financiero local. La papelera Massuh no dejó de participar en ninguno de los instrumentos más o menos transparentes de impulso al desarrollo industrial que se articuló desde mediados de la década del ’70 hasta la actualidad. El aporte estatal para su crecimiento y desenvolvimiento ha sido indudable en un extenso período que abarcó gobiernos militares, radicales y peronistas. Esas políticas en otros países permitieron constituir, con más o menos densidad, una base industrial y una burguesía nacional. En cambio, el caso Massuh revela que frente a similares estrategias públicas de promoción se generaron resultados opuestos debido a las particulares características del empresariado local. En estos días de angustia de los trabajadores de una de las plantas de la papelera (la división Celulosa y Papel, Clariant Argentina), ubicada en Quilmes, se debate el destino de Massuh. En el mundo empresario se encendieron luces de alarma porque una de las opciones en estudio es la estatización de la papelera, apuntando al blanco fácil del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien conduciría ese proceso. Sin embargo, otra forma de evaluar esa situación podría concluir que Massuh, en realidad, ha sido en forma indirecta patrimonio del Estado sumando los millones de fondos aportados a la compañía en los últimos treinta años. Por lo tanto, el desplazamiento del ex presidente de la Unión Industrial Argentina del manejo de la papelera simplemente repararía esa anomalía.

Para parte de los industriales argentinos Héctor Massuh, además de la consideración por haber acumulado una fortuna con sus negocios, es un referente. Con variados contactos políticos, en la UIA se admite que durante muchos años ha sido uno de los que ha manejado detrás del poder formal esa cámara empresaria. Fue ostentoso su estrecho vínculo con Domingo Cavallo a fines de la década del ’80, que se expresaba en la militante defensa pública que hacía el mediterráneo en la batalla de Massuh contra el Grupo Bulgheroni de Papel de Tucumán. Después consideró que Cavallo, a quien había financiado e impulsado políticamente, no implementó una política que favoreciera a la industria local. En esos años, igualmente consiguió créditos oficiales, la licuación de la deuda con el Banade, como también una más de las tantas refinanciaciones de sus pasivos.

La papelera Massuh, entre la quiebra y la nacionalización. (23/4/09)
Papelera Massuh está concursada, con una deuda de 249 millones de pesos, de los cuales la mitad ($ 125 millones) es con los bancos Nación y Provincia. Precisamente, entre estas dos entidades oficiales se analiza en estas horas una asistencia para asegurar la continuidad de la fábrica ubicada en el kilómetro 15 del camino General Belgrano, en Quilmes.
La planta, con una capacidad instalada para producir 50.000 toneladas de pasta celulósica y diversos tipos de papel, hasta octubre generaba unos US$ 4 millones de facturación
El intendente de Quilmes, Francisco "Barba" Gutiérrez (quien también es dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica) fue quien acercó el tema de Massuh al Gobierno. Obtuvo el compromiso del Ministro de Trabajo, Carlos Tomada, de que los trabajadores comenzarán a cobrar una parte de los salarios (caídos hace dos meses) a través del programa oficial REPRO.

“Existen maniobras de vaciamiento de Massuh” (23/4/09)
En total, la papelera está adeudando entre 5000 y 6000 pesos a cada uno de los aproximadamente 300 empleados de la planta de Quilmes. Por otro lado, desde el Banco Nación aseguraron a Página/12 que una de las variantes para el rescate de la empresa sería que el Estado capitalice la papelera con nuevos fondos, para hacerse de varios lugares en el directorio. Por su parte, los obreros quieren que Héctor Massuh sea investigado penalmente por el vaciamiento de la compañía.
Los trabajadores de Massuh aseguraron que la versión de la estatización partió del propio Héctor Massuh, quien viene prometiéndoles una salida al conflicto desde el año pasado. En la reunión de ayer, Rial desechó la posibilidad de la estatización. Los trabajadores interpretaron que el Gobierno estaría más decidido a encontrar un accionista argentino para el rescate de la papelera.
Tras el cambio de nombre, ahora se llamará Papelera Quilmes (14/5/09)
Papelera Quilmes es el nombre con el que, desde ahora, saldrán al mercado los productos de las dos plantas de Massuh, tanto la ubicada en el sur bonaerense como la fábrica de la provincia de San Luis, donde se producen los cuadernos Laprida. Esta última planta, que está tomada por sus trabajadores agrupados en una cooperativa, ayer se sumó al fondo fiduciario del Estado para administrar los activos de Massuh.
Héctor Massuh debe 249 millones de pesos en el marco del concurso preventivo de 2001, cuyos principales acreedores son los tres bancos estatales y proveedores.

¿Quien tiene más datos para aportar?

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